Segovia tiene un serio problema con la elevada población de estorninos que principalmente entre los meses de junio-julio buscan refugio en determinados puntos de la ciudad. En concreto, como punto neurálgico se encuentra el Parque Infantil de Tráfico en el barrio de San José, y de ahí las zonas limítrofes como la avenida Juan Carlos I y la avenida de la Constitución.
Como ya es conocido, en años anteriores la concentración de estorninos ha llegado a alcanzar una población estimada de entre 30 y 40.000 estorninos, un número de animales que puede llegar a ocasionar problemas higiénico-sanitarios y dificultar el uso y disfrute de los espacios públicos.
A lo largo de los años, el Ayuntamiento de Segovia se ha valido de distintos métodos para intentar reducir la población de estas aves. Por fin, el uso de la cetrería, que se viene empleando desde el año 2012, tanto en la periferia del casco urbano como en la avenida de la Constitución, Parque de la Dehesa y el Parque Infantil de Tráfico, en concreto, ha tenido sus resultados y efectos positivos.
Este verano, a mediados de junio, se alcanzaba el número más alto de ejemplares de esta especie. Un mes después, la empresa Halconeros de Castilla lograba controlar notablemente la cantidad de estorninos. En estos momentos su presencia es prácticamente nula. Se puede decir que el Parque Infantil de Tráfico está totalmente limpio de estorninos, algo que ya han notado los vecinos de la zona y comprobado tanto la concejala de Medio Ambiente, Paloma Maroto, como el cetrero, Gustavo Sebastián.
El balance es, por lo tanto, muy positivo, ya que los pollos y progenitores están buscando fuera de la ciudad sitios para nidificar. De esta manera, están cambiando su ubicación y dormideros para los próximos años, lo que reducirá de forma natural su presencia en la ciudad.
Aunque en menor medida, otra de las especies que preocupa a la Concejalía de Medio Ambiente es el de las grajillas. Entre 150 y 300 ejemplares pernoctan en el Parque Infantil, Parque de la Dehesa y avenida de la Constitución. Para evitar que el crecimiento de esta población plantee problemas, también se están empleando las aves rapaces, especialmente halcones, águilas de Harris y azores, a las que este año, con la correspondiente autorización especial, se han sumado las aves rapaces nocturnas (búhos y lechugas), las mismas especies que se encargan de controlar la población de estorninos en la ciudad.